lunes, 24 de agosto de 2009

A misa


Selemani, nuestro fixer, llega hoy con más de hora y medio de retraso pero viene de punta en blanco. Zapatos brillantes, camisa nueva, corbata y chaleco. Viene de la iglesia y los oficios se han alargado. Lo primero es lo primero, y es que en el Congo la gente es muy religiosa. Hoy es Domingo y se nota cuando salimos a la calle, todo el mundo viene de las numerosas iglesias que hay en Bukavu vestidos con sus mejores galas.En el negocio de Dios, aquí ganan por goleada los evangelistas. Las iglesias quizá sean los únicos edificios de la época belga que los congoleses utilizan. Es curioso ver en algunos barrios, como, enormes edificios de ladrillo y hormigón, fácilmente recuperables, están abandonados y llenos de basura o utilizados como almacenes mientras la gente prefiere vivir en chabolas de barro y madera a su alrededor. Otras iglesias, como la del barrio que visitamos hoy, son igualmente de madera y algunos plásticos hacen de paredes. Decidimos entrar porque los cánticos que se escuchan desde fuera son espectaculares. La iglesia no tiene altar ni ninguna imagen religiosa, el piso es la misma tierra y los feligreses están de pie cantando. Un pastor dirige la oración a ritmo de palmas. Las voces de las mujeres son espectaculares. Como en todas partes después de misa, la gente se dá un paseo y los que tienen algo de dinero se toman una cerveza o se van al cine, la única diferencia es que aquí, el mismo tipo de chabola en el que viven, es también bar, restaurante, peluquería, estudio fotográfico…etc algo muy difícil de averiguar para el profano si no fuese por los rótulos escritos con tiza, a modo de luminosos que hay a la puerta de las chabolas.

Los que no tienen nada, como el caso de Jane simplemente se van a casa..Jane tiene 23 años y hace cinco fue violada por los rebeldes hutus en la selva. Congo es el país donde se producen el 80% de las violaciones en el mundo y no sólo por los rebeldes, la violencia contra las mujeres parece haberse convertido en “deporte nacional”. Jane estuvo retenida como esclava sexual durante cuatro meses y paso semanas atada a un árbol como un perro. Lleva seis operaciones para reconstruirle el aparato genital y todavía le quedan otras tres, no tiene familia y vive sola, haciendo guantes de lana que sirven como esponja para el baño…..y todavía cree en Dios.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hoy es martes y veo que no has tenido tiempo de contarnos nada, supongo que el trabajo es mucho,y las comunicaciones de aquella manera.espero nos sigas contando cosas son muy interesantes, y alucinantes

Anónimo dijo...

Cuando leo casos como el que cuentas confirmo que el género humano tiene alguna enfermedad muy grave. Pero lo es más aún que la comunidad internacional no ponga freno a eso, dado que se sabe que existe y no se ponen los medios adecuados para evitarlo o al menos dificultarlo al máximo. Jane podría ser mi hernana, o mi sobrina, o la madre de mi amigo. ¿A vosotros no se os revuelven las tripas? ¿Qué coño hace nuestro gobierno al respecto? ¿ Y los cascos azules? Dejémonos de hipocresías. Hay que mojarse, hay que hacer algo. Es más bonito dejar todo en manos de las ONG's. Tenemos unos gobernantes que a mi no me representan en absoluto. ¿Soy un alienígena? ¿por qué no les obligamos (democraticamente) a cambiar las leyes que están anquilosadas y lastran el futuro?
¡Que bien se vive en el Norte...y qué incómoda es la apestosa VERDAD!
Alberto Prieto
www.albertoprieto.org