sábado, 3 de marzo de 2012

Homs, la masacre. Baba Amro,el horror


Son las seis de la mañana y se acaba de producir una explosión en el edificio contiguo al que nos encontramos. Todo el mundo en el centro de prensa de Baba Amro se ha despertado sobresaltado. La explosión ha sido tan fuerte que han retumbado puertas, ventanas y hasta las paredes. Nervios, gritos, confusión. Antes de saber lo que está pasando, un nuevo mortero cae en la misma calle. Me visto a toda prisa, cojo la cámara y bajo las escaleras hacia la calle. Un grupo de jóvenes refugiados en un portal gritan “Alla u Akbar” mientras siguen cayendo los morteros sin parar. Nos dirigimos al hospital a toda velocidad porque los francotiradores disparan a todo lo que se mueve en cada calle que cruzamos. Cuando llegamos el panorama es desolador. Los muertos se acumulan en el pasillo mientras no dejan de llegar heridos. Contamos al menos veinte cuerpos. Los gritos de desesperación y rabia son omnipresentes. Después del veto de Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU, una nueva ofensiva ha comenzado en Baba Amro.


Entramos en Siria hace diez días desde Líbano. No es fácil, las carreteras están controladas por el ejército de Hizbolá. Hacemos el trayecto por caminos rurales y cambiando de coche continuamente para sortear los check-points del ejército. Una vez dentro, nos movemos con los miembros del Free Army, de casa en casa, a las afueras de Al qusayr.
Casi todos son desertores del ejército. Abu Yaser tiene 24 años y es ingeniero informático, abandonó el ejército cuando solo le quedaban dos semanas para licenciarse. Cumplía el servicio militar en una de las mayores bases de tanques del ejército sirio. Cuando desertó con varios de sus compañeros, lo hizo llevándose varias ametralladoras de los blindados ligeros que había en la base.”Fue la noche más dura de mi vida, hacía muchísimo frío y anduvimos casi 20 Km con las armas al hombro”. Ahora pasa todo el día intentando conectarse a internet para aprender a fabricar explosivos. Por la noche, los días que hay cobertura, sube al tejado de la casa para hablar con su novia, a la que no ve desde hace ocho meses, hasta agotar la batería de sus dos teléfonos móviles.

Al qusayr es una pequeña ciudad de unos 40000 habitantes que se encuentra a unos 30Km de Homs. Está rodeada por los tanques de Al Assad desde hace ocho meses y el único punto de acceso a la ciudad es por su parte norte. El Free Army trata de mantener abierta la única carretera que les comunica con el exterior y que es precisamente la que llega hasta Homs. El ejército gubernamental controla casi dos tercios de la ciudad y ocupa los edificios más importantes. Somete a fuego de mortero a los barrios que no controla casi todos los días. Desde el ayuntamiento y el hospital, los edificios más altos, mantienen aterrorizada a una población que entierra todos los días una media de cinco personas asesinadas por los disparos de los veinte francotiradores que están apostados en los tejados.”No respetan nada, disparan contra mujeres, niños, ancianos, les da igual, disparan a todo lo que se mueve” nos dice Hader, unos de los activistas encargados de preparar las manifestaciones que se hacen todos los días en la ciudad. Incluso los enterramientos han de hacerse en un cementerio improvisado al abrigo de los francotiradores.

El régimen corta las redes telefónicas y la luz desde hace meses, comunicarse es tarea casi imposible. La vida está paralizada desde el inicio de la revolución, los suministros de todo tipo son cada vez más escasos. Los activistas tratan de ingeniar artilugios para conseguir una conexión de Internet o teléfono para mostrar su revolución al mundo. Hader era amigo de Farsad, el cámara de la revolución. “Antes de la revolución tenía una floristería pero cuando empezó todo, se puso a grabar con su cámara lo que ocurría en Al qusayr” Los shabiha le cogieron hace unos meses, le asesinaron y le arrancaron los globos oculares. Ahora se ha convertido en un héroe conocido como Los Ojos de la Verdad.

Al Qusayr es un microcosmos en el que se puede ver cómo funcionan las cosas en Siria. “Básicamente están los que apoyan a El Assad, los que se oponen al régimen y los que miran”, resume Mohamed, hombre de negocios y uno de los líderes de la ciudad. Muchos intentan evitar que prenda la mecha de la violencia religiosa en esta localidad donde viven minorías cristianas, un 10% de la población. “Los cristianos son nuestros hermanos, no hay razón para que ahora nos matemos los unos a los otros, solo queremos que se vaya Bashar y deje de matar al pueblo” nos asegura Muanmar después de que una refriega entre una familia “Shabija” de origen cristiano y el Free Army amenazara con extender los enfrentamientos entre las dos comunidades.


El Free Army en esta zona está formado en su mayoría por desertores pero también por granjeros locales que se han unido a la revolución. Esto hace que esté dividido en pequeños grupúsculos y que la coordinación entre ellos no sea del todo buena. Su relación con la prensa es cambiante, según el grupo, pero no acaban de fiarse. Después de varios días en la ciudad, la brigada Al Faruk (es el mismo grupo que controla Baba Amro en Homs) accede a hablar con nosotros en una pequeña granja fuera de la ciudad. Tan solo uno de ellos nos habla a cara descubierta. Se llama Abu Janin y sabe que está en la lista negra.”Solo tratamos de proteger a la gente, no tenemos armas para hacer frente a los tanques pero lucharemos hasta el final”. “Estos morteros que ves los conseguimos después de atacar un minibús con gente de Hizbolá que vino desde Líbano hace unas semanas, los matamos a todos”.

Al día siguiente, este mismo grupo asaltó dos de los edificios que ocupaban todavía los cuerpos de seguridad del régimen. Cuando se percataron de nuestra presencia durante los combates nos impidieron grabar y tomar fotos de lo que estaba pasando.”Es por vuestra seguridad” nos dijo el capitán al mando. Dos horas más tarde, habían tomado el edificio matando a los seis militares que había dentro. En el Free Army también se produjeron tres bajas. Dos de ellos fueron enterrados esa misa tarde tras el funeral por las calles de la ciudad. El tercero, era el capitán que nos había echado del lugar. Su cuerpo yacía en un frigorífico de fruta. Era original de Homs y lo dejarían en ese lugar hasta que su familia viniera a recogerlo.


Entramos en Baba Amro de noche. Miembros de la brigada Al Faruk viene a recogernos al lugar acordado. Lo hacemos por el mismo lugar por donde entran los escasos suministros de comida y medicinas que llegan a esta parte de la ciudad. Entrar al lugar que lleva asediado y bombardeado desde hace once meses es como entrar en una “ratonera”. De día, comprobamos que Baba Amro es una ciudad fantasma. Los escombros y la basura se acumulan en todas las calles. Absolutamente todos los edificios presentan rastros de metralla o de disparos. Bajo el fuego de mortero, salir a la calle es suicida. Los vehículos que transportan heridos lo hacen a toda velocidad intentando evitar las grandes avenidas y esquivando los continuos disparos de los francotiradores. Los que lo hacen a pie caminan pegados a las paredes y gritando “Alla u Akbar”.
“Nos están matando como a animales, necesitamos ayuda” nos grita un viandante.”No nos dejan ni enterrar a los muertos, lo tenemos que hacer de noche, a escondidas y entre unos pocos porque nos disparan”.


La población lleva sufriendo un intenso fuego de artillería desde las seis de la mañana. Nadie ocupa la parte alta de los edificios desde hace meses. Encontramos varios hombres intentando calentarse alrededor de una estufa, en la planta baja de un edificio en construcción. ”Esto es lo que está haciendo Bashar” nos dice uno de ellos, justo después de q otro mortero caiga no más allá de trescientos metros. Nos ofrecen refugiarnos en el sótano. Cuando bajamos nos encontramos unas 25 personas entre mujeres y niños que llevan días aquí. Hay incluso un par de bebés de un par de semanas. El lugar es húmedo y frío. Al ver la cámara una mujer se levanta y se dirige a mi.”Tenemos frío, no tenemos agua, no tenemos comida, estamos aquí encerrados como perros” La mujer me muestra uno de los bebés envuelto en mantas ”Ni siquiera tenemos comida para los más pequeños, por favor que alguien nos ayude” nos dice gritando entre sollozos.

Tres semanas después, mientras escribo estas líneas, me confirman desde Baba Amro que 64 personas murieron ayer cuando trataban de escapar de ese infierno. Homs se desangra desde hace meses mientras los dirigentes miran para otro lado.



martes, 24 de enero de 2012

Bienvenidos a Beirut


Aterrizo en Beirut en una pista que parece no estar a más de 50 metros del mar. Desde mi ventanilla solo se veía agua, casi me pongo el chaleco. Siempre había oído decir que Beirut es el París de Oriente Medio pero a mi se me parece mas a Mónaco. Exceptuando el barrio de Hizbula lo poco que he visto hasta llegar al hotel son rascacielos, cochazos y centros comerciales. Tiendas de las mejores marcas, hotelazos de 5 estrellas, concesionarios de Ferrari, Harleys…..hasta que llego a mi hotel.
El edificio es de esos que desde fuera te piensas más de una vez si entrar o no, al menos si no vas armado. Es un hotel de mochileros, con habitaciones compartidas y baño común. Yo he cogido una suite para mi solo y me cuesta 40 dolaracos. Durante el día depende de un generador, así que la única corriente eléctrica de la que dispongo es una lámpara de 20w de bajo consumo, ni enchufes, ni tele, ni nada de nada. En el baño, un cartel me advierte de que solo tengo 10 minutos de agua caliente al día y de que las tuberías son muy estrechas (no se que quieren decir con eso).Eso si, Internet 24h previo pago de 1 dólar la hora. Al menos, está limpio.


Llueve, salgo a dar una vuelta para ver como está el panorama. Voy a la calle Hamra que es donde está la “vidilla”.Mucha tienda, mucho café y  mucha gente por la calle. Entro en el Café Hamra. Una Pepsi casi 4 euros, mucha gente fumando su pipa de agua, unas chicas haciendo “calceta” y algunas caras conocidas. No se porqué nos ha dado a todos por venir a Beirut.
Domingo por la mañana, igual que ayer, sigue lloviendo. Paseo por el “Down Town” completamente reconstruido. Zona peatonal, muchas terrazas en la calle, parece que estoy en Salamanca porque casi todas las casas son de “piedra de Villamayor”.


La diferencia es que el barrio está completamente acordonado y con un guardia de seguridad en cada esquina (literal).¿Y la gente?¿donde está la gente?.....en misa. En esta zona, casi en cada calle, hay una mezquita y una iglesia. El repique de campanas de los cristianos compite con los cantos a la oración del almuecín en busca de clientes. Junto a la gran mezquita, hay una gran carpa donde todavía la gente va a llevar flores en homenaje a Rafik Hariri (asesinado en 2005 supuestamente por los servicios secretos sirios).Justo al lado está la iglesia maronita de San Georges, la curiosidad me puede y entro .Muy bonita la verdad, media entrada y dos señores pasando el cepillo. Lo de siempre, si no fuera por que a la entrada hay cuatro soldados del ejército armados hasta los dientes protegiendo la iglesia. Bienvenidos al Líbano

domingo, 18 de diciembre de 2011

La salida




Hemos dormido poco. Anoche a última hora el Free Army montó una pequeña operación de hostigamiento al ejército sirio. Saben de sobra que no podrán detener los tanques si deciden entrar, pero quieren dejarles claro que si lo hacen, están dispuestos a luchar hasta el final. En unos minutos, cuatro hombres preparan sus armas. En el coche van escuchando plegarias del Corán hasta llegar al lugar elegido. Durante aproximadamente una hora intercambian disparos con el ejército regular.



Eso fue anoche, ahora nos preparamos para salir de Siria. Cuando estamos subiendo al coche, una pequeña pick-up se acerca a toda velocidad. Parece que los soldados de Bashar están avanzando en Ebtita, hay un fuerte tiroteo. ¿Que hacemos? Toda la logística para salir está preparada, si no cumplimos lo previsto puede que tengamos que esperar varios días más para salir y perderemos todos nuestros vuelos. Decidimos arriesgarnos. Cuando llegamos al lugar, el tiroteo es intenso. Unos 20 soldados del Free Army ultiman sus armas para ir a primera línea.  El capitán Yousuf  dirigirá la operación desde una casa desde donde puede apreciarse a unos 800 metros dos tanques del ejército sirio. Los blindados están justo delante de un edificio que han tomado al amanecer. Me parece entender que es un colegio pero no estoy seguro. Entre los dos bandos se extienden campos de olivos salpicados con algunas casas aisladas. Durante casi dos horas el tiroteo será constante. Entre los olivos se escuchan los disparos en todas direcciones pero no se ve nada, imposible saber de dónde proceden exactamente.
Es medio día, la situación se ha calmado. No hay bajas, tan solo un herido.
Salimos camino de Turquía a toda prisa, solo quedan un par de horas de luz. Todo va bien hasta llegar a la vía de ferrocarril. Las dos posibles salidas están selladas por check-points. Ayer un grupo del Freee Army saboteó durante unas horas la línea entre Aleppo y Damasco, puede que eso tenga  algo que ver con la presencia de soldados en las vías. Imposible salir hoy, tendremos que esperar a mañana. De regreso, la periodista francesa pregunta al conductor por otra posible salida. Es freelance y ha cambiado sus vuelos ya dos veces. Está anocheciendo. En la primera aldea  nuestro guía pregunta a los lugareños por una vía alternativa. Estas cosas se discuten con un té. En cinco minutos estamos sentados en una casa muy humilde ante una docena de hombres. El que parece ser el líder, un hombre mayor, pregunta a la periodista cual es el problema. ”No te preocupes, hoy dormirás en Turquía, pero ahora tómate el te”.En unos minutos han montado un operativo de tres vehículos con doce hombres armados que nos acompañaran hasta el check-`point. Es de noche por completo pero aún así ninguno de los coches enciende las luces.”Don´t worry, el Free Army abrirá el check-point por las buenas o por las malas”.Esperamos durante un par de horas al calor de una pequeña hoguera que una familia de campesinos ha encendido justo delante de su chabola. Finalmente, logramos superar el puesto de control sin mayores problemas. Cuando llegamos a la última casa  antes de cruzar a Turquía, nos llevamos una sorpresa. Cuatro hombres están esperando nuestra llegada para abandonar Siria todos en el mismo convoy. Nos saludamos, uno de ellos me resulta familiar y creo que yo a él también. Ambos nos quedamos pensando pero no decimos nada. Al final él decide romper el hielo. ¿Tú estuviste en los combates de Ras Lanuf (Libia) verdad? Sí… y tú eres el segundo de la Brigada Trípoli. No esconden quién son ni a que han venido a Siria. Los tres libios han venido a ayudar a sus hermanos sirios en la revolución. No son optimistas, han comprobado que no tienen nada con lo que luchar, pero quieren ir preparando el terreno.

Hora del último viaje, no será fácil, somos seis para salir. Misma ruta que a la entrada pero todo es más lento. Además de los tres libios hay un cuarto joven que no habla con nadie, no sabemos quién es. Parece que está muy asustado. Justo en el último obstáculo para pisar suelo turco le entra un ataque de pánico. Es un soldado de reemplazo que acaba de desertar. Si se queda y lo encuentran, lo matarán. Si pasa la frontera es posible que lo detengan. Estamos fuera.

martes, 13 de diciembre de 2011

Calma tensa


Tensa mañana la vivida hoy en la “Siria libre”  Ayer el gobierno de Bashar Al Assad ha dado 48 horas para entrar en la ciudad de Homs. En Ibdil, la gente hacía acopio de alimentos y productos de primera necesidad en prevención de que se cumplan las medidas tomadas ayer por el Consejo Nacional Sirio. Todas ellas encaminadas a intentar paralizar el país. A partir de hoy cierran los colegios, los comercios solo abrirán unas horas y habrá corte de carreteras. Aún así continúan las manifestaciones de protesta por todo el país. Estas medidas se incrementaran en los próximos días. En la zona donde nos encontramos persisten los rumores de una próxima intervención del ejército regular.
Decidimos ir a la posición del Free Army desde donde puede verse lo cerca que están los soldados de Bashar. En una habitación de un edificio vacío, los milicianos están terminando de limpiar sus armas. No quieren incurrir en provocaciones así que sólo cuatro o seis de ellos realizaran un despliegue discreto. Nos dejan acompañarlos. Entre campos de olivos y edificios deshabitados podemos ver ondear la bandera del régimen. Incluso podemos ver algunos soldados pero no parece que haya ningún movimiento.
Cuando nos dirigimos a entrevistar al Capitán para conocer su opinión sobre la situación, el conductor frena en seco en mitad de la carretera. Entre la maraña de piedras que hay en las cunetas cree haber visto algo que le ha llamado la atención. Hay tres pequeñas piedras negras una encima de otra a un lado de la carretera. Cree que puede ser una señal. Comienza entonces la búsqueda de quién ha podido hacerlo. Después de 45 recorriendo la ciudad lo encontramos tomando te en casa de un familiar.. El tipo es un ex-mujabarat, por eso sospechan de él. La detención ha sido expeditiva, sin contemplaciones.