domingo, 6 de marzo de 2011

Ras Adjir


Apenas algunos ciudadanos chinos cruzaban esta mañana la frontera de Ras Ajdir. Los rumores hablan de miles de personas esperando en el lado Libio para pasar a Túnez, pero eso es algo imposible de contrastar. El puesto fronterizo está semidesierto, ayer, miles de de bangladesies recorrieron a pie los siete km del campamento de refugiados instalado por ACHNUR en la carretera de Ben Gardan.


Aunque también hay ciudadanos chinos, vietnamitas y subsaharianos, los bangladesies son la gran mayoría de los refugiados. El gobierno de Bangladesh es de los pocos que no ha fletado ningún avión para repatriar a sus ciudadanos. Casi todos trabajaban en Libia en el sector de la construcción para empresas coreanas o chinas. Llevaban dos meses sin cobrar y lo poco que tenían se lo requisaron los militares libios de camino a la frontera. Algunos han estado casi 20 días durmiendo al raso antes de llegar al campo. Esta mañana cuando hablábamos con algunos de ellos se quejaban de que al contrario de los egipcios o de los tunecinos, nadie se ocupaba de ellos, ni si quiera su gobierno.


A la llegada a Túnez, todos cuentan con la ayuda de las diferentes ONGs aquí presentes pero hay una que está pasando desapercibida. Dicen que no pertenecen a ninguna organización en concreto, que son voluntarios. Son los islamistas de inspiración salafista. Hablamos con Riel Oukassi, uno de los pocos representantes de esta organización que habla inglés. Desde el primer momento carga contra la comunidad internacional y el gobierno tunecino. Mantiene un discurso que parece saberse de memoria y que repite sin parar “solo queremos ayudar a nuestros hermanos musulmanes, somos voluntarios, no pertenecemos a ninguna organización politica”.Siguen el mismo modelo de solidaridad que Hamas en Gaza o Hizbula en Libano. Sin embargo, cuando les acompañamos a comprobar que es lo que hacen, nos llevan a una nave industrial repleta de alimentos. Difícil de creer que tal cantidad de productos provengan de donaciones.
En una esquina del recinto encontramos unos 15 bangladesies recibiendo clases de Coran . Son entre 400 y 600 “voluntarios” perfectamente organizados. El reparto de la ayuda la hacen en furgonetas a las puertas de un campo que no deja de crecer con el paso de las horas.
El descontento y la frustración son terreno abonado para esta clase de organizaciones y las autoridades lo saben, y quizá por eso, el máximo representante de la OCHA de la ONU se dirigía por la tarde los bangladesies prometiéndoles la repatriación en avión a partir del próximo martes, a razón de 4 vuelos diarios.

1 comentario:

madrid dijo...

y Gadafi contandonos, que lucha contra los radicales islamistas,que no hay guerra,y que la comunidad internacional puede ir a comprobarlo cuando quiera.¡que VALOR, por no decir¡que HIGADO¡
Nos lo cuentas muy bien ,sigue haciendolo