miércoles, 12 de enero de 2011

Los niños perdidos del Sudan



Regresa a Juba después de que la guerra le obligara a abandonar su país. Se llama Jacob, tiene 22 años. Una noche de 1995 arrasaron su aldea. Toda su familia murió en el asalto, caminó durante casi 4 meses, junto con otros 60 niños, hasta llegar a Etiopía. Se calcula que en todo el país fueron unos 25000 los menores que escapaban de la violencia. Sin nada que comer ni beber, atravesando selvas y ríos el trayecto se convirtió en un infierno. “ Todavía recuerdo como al cruzar el río un cocodrilo partió en dos un niño que se había caído del bote, recuerdo como gritaba por su vida, creo que el cocodrilo realmente se estaba divirtiendo”

Cuando llegaron a Etiopia con la esperanza de encontrar refugio y alimento se dieron cuenta de que la situación allí era lamentable. Muchos enfermaron, vio como algunos niños perdieron la cabeza, se levantaban en  mitad de la noche gritando el nombre de sus padres o simplemente delirando.
 “Estuvimos esperando por comida durante dos semanas en ese campo. Durante ese tiempo, murieron la mitad de mis compañeros”
 Después tuvieron que abandonar Etiopía, se pusieron en marcha hasta llegar  a Kakuma en Kenia, el mayor campo de refugiados de Africa Oriental..Allí recibió ayuda y educación básica. “Un maestro me dijo: el mundo no es fácil, hay que estar preparado, lo único que necesitas es no perder la esperanza, cualquier cosa puede pasar en tu vida".Jacob salió de Kakuma en 2003 rumbo a Canada gracias a la ayuda de una ONG. Ahora estudia en la universidad, incluso ha escrito un  libro contando su historia. Trabaja en una fundación que pretende construir escuelas en Sur Sudan. Ha regresado para el referéndum con la esperanza de contribuir a la construcción de su nuevo país

1 comentario:

Paco G. dijo...

Vaya historias. Desde luego esta gente está hecha de otra pasta para aguantar todo eso y seguir sonriendo. No obstante, y por tu entrada anterior, ¿no estará volviendo demasiada gente con demasiadas esperanzas?
Un abrazo